viernes, 16 de abril de 2010

acerca de la capilla sixtina

La Capilla Sixtina es uno de los más famosos tesoros artísticos de la Ciudad del Vaticano. Fue construida entre 1471 y 1484, en la época del papa Sixto XIV, de donde procede el nombre por el que es conocida, aunque inicialmente se llamó Capilla Palatina. Su arquitecto fue Giovanni d'Dolci siguiendo los modelos de las antiguas plantas basilicales romanas las cuales por su parte se inspiraban estructural y arquitectónicamente en antiguos edificios griegos como el Concejo del Ágora ateniense.
La capilla es de forma rectangular y mide 40.93 m de longitud por 13.41 de anchura (las dimensiones del Templo de Salomón según el Antiguo Testamento). Su altura es de 20.7 m.

EL JUICIO FINAL

El Juicio Universal, también conocido como Juicio Final, es tal vez una de las obras más perfectas de la larga y activa carrera de Miguel Ángel. Llena del espíritu de Dios que crea y destruye, una obra única que domina con la espléndida audacia de su creador.

Arriba, mirando hacia la izquierda está Cristo, este es un juez implacable, con la mano derecha alzada, en actitud de condenar. La Virgen, que está a su lado, aparece resignada a la hora de la justicia. Los demás personajes de la corte son los profetas, los apóstoles, los mártires. A la derecha del Mesías están los elegidos, a la izquierda los réprobos. En el cielo, entre los lunetos, están alineados los ángeles con los instrumentos de la Pasión.

Abajo, a la izquierda, la escena de la resurrección de los muertos: un grupo de Ángeles, en el centro, que llevan el libro del juicio, tocan las trompetas, mientras de los sepulcros destapados salen los muertos para volver a encontrarse en el valle de Josafat. Y mientras los buenos suben al cielo en medio de la rabia de los demonios, los malos son arrojados a los abismos, donde los esperan Caronte con la barca y Minos, el juez infernal.

El Juicio Universal fue comenzado en el año 1535 y finalizado en 1541.

A pesar de la belleza de la composición, el hecho de que las figuras apareciesen desnudas según el gusto del artista escandalizó a la Iglesia que una década después mandó a un pintor conocido popularmente como 'Il Braghettone (Daniele da Volterra) que añadiese unos taparrabos a todos los participantes.

La Capilla Sixtina fue restaurada entre los años 1980 y 1994 con la ayuda de Japón, que sufragó los gastos de la obra, valorados en 50 millones de dólares. Algunos repintes de Volterra fueron eliminados, pero otros se dejaron, tanto por dejar testimonio de dicha alteración como porque partes originales de Miguel Ángel se habían raspado y no era posible recuperarlas.

La restauración con muy sensible instrumental moderno quitó la pátina de grasa, humedad y humo que opacaba al conjunto pictórico quedando a la vista entonces —para sorpresa de los espectadores— la paleta original de Miguel Ángel: de intensos colores, contrastados claroscuros, así como meditadas tensiones dramáticas (casi teatrales en la mejor acepción del término teatral) que resultan ser un antecedente del más excelente manierismo y por esto ya una ruptura con la pintura típicamente renacentista.

Cabe añadir que, contraviniendo las opiniones de el Bramante, arquitecto ingeniero oficial que entonces poseía el Vaticano, Miguel Ángel Buonarroti se negó a pintar los frescos sostenido por un andamiaje que debía colgar de clavijas empotradas en el techo (este sistema dañaría la composición pictórica), para solucionar un problema que parecía insoluble Miguel Ángel efectuó un innovador sistema de andamios prácticamente autoportantes que se soportaban mediante ajustes laterales en las paredes.


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